Desde la última década ha habido una guerra fría entre diseñadores y desarrolladores. Los diseñadores se han quejado sobre cuán dependientes deben ser de los desarrolladores para crear mockups que vayan más allá de imágenes estáticas. Por otro lado, los desarrolladores han resentido su necesidad por diseñadores habilidades para ayudarles a convertir sus conceptos en interfaces capaces que sean amigables para los usuarios.
Pero al tiempo que las herramientas de diseño se hacen más y más fáciles de usar, la guerra fría está llegando a su fin.
Es ahora posible crear un prototipo interactivo bastante impresionante con una app sin ninguna experiencia en código. Esto significa que los diseñadores pueden probar nuevas aplicaciones sin tener que escribir ni una sola línea de código, y significa que los desarrolladores pueden usar simples herramientas para trabajar en sus diseños con un aire profesional sin necesitar ayuda profesional en sí.
Los diseñadores pueden, obviamente, beneficiarse todavía más si aprenden a usar código, y los desarrolladores deberían probablemente estudiar diseño, pero la brecha entre ambas habilidades se está haciendo más y más fácil de unir. Seguir leyendo